Palabras del P. Manolo Barahona, msc
En su homilía del Día de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, el P. Manolo quiso destacar unos bonitos detalles que se habían producido este año en la semana de las fiestas de la parroquia, especialmente en las celebraciones en honor a la Virgen. Esta fue su homilía.
Sois unos ‘SUERTUDOS’, ¡privilegiados! La verdad es que esta semana ha sido de mucho lío, pero bendito ajetreo que nos ha deparado momentos preciosos:
El miércoles, la sede llena de Etíopes. Y de ellos tres obispos y un cardenal que, por cierto, era de rito oriental, como otro obispo (los del gorrito subido). Menos mal que había otros dos obispos que además hablaban inglés y con la traducción de José, pudimos celebrar una emotiva eucaristía.
El jueves, la eucaristía del grupo de migrantes, que han encontrado en esta parroquia un lugar de acogida, que se ha convertido en su casa de España. Una celebración llena de signos, como las banderas de sus países y el colorido de una vida que, aun lejos de sus tierras y de los suyos, intentan que sea feliz.
Ayer viernes, no hubo misa de 19,30 h. Algunos se escandalizaban o lamentaban, pero hubo una entrañable celebración de familias, niños y sus padres, que resultó una delicia, a pesar de que la lluvia llegó el día menos oportuno. Después de que José Ramón se dirigiera a la Virgen como la “Mamá de Jesús”, empezaron a lanzar una serie de piropos a María que iniciaron los niños, pero que creo que nadie en la iglesia dejó de expresarlos. Y la carta de María a su hijo, contándole lo que había vivido en cada casa como “Virgen viajera” fue una obra de arte. Preciosa la experiencia de María y maravillosa la narración. A mí me impresionó cómo los niños del primer y segundo banco -los que yo veía- lo seguían con atención y sin pestañear. Me daba envidia, porque nunca os veo seguir con tanta atención las homilías que me aguantáis.
Y más suertudos todavía: Hoy día de regalos.
Jesús nos deja como regalo su Espíritu para siempre.
La Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo inventan un sistema para acercase a nosotros que hace que nos regalen una Madre.
Porque el ‘invento’ de la Encarnación precisa que Jesús, el Hijo, que se hace hombre, necesite una ‘mamá’. Sí, Jesús, como todos nosotros, necesitaba una mamá. Y pensaron en María. Vaya suerte que tuvo Jesús.
Y como también quería, como todos los niños, vivir en familia, pensaron en José y este se convirtió en el ‘papá’ de Jesús. ¡¡Vaya familia de cracks!!
Y María, la ‘mamá’ de Jesús, se convirtió en MADRE de todos nosotros. Y Jesús desde la misma cruz, se lo recordó a Ella y nosotros a través de Juan.
Y desde entonces, tenemos, además de nuestra ‘mamá’ (que a muchos ya nos espera en el cielo) una Madre que, junto a ella, también vela por nosotros. Nosotros la llamamos también Nuestra Señora del Sagrado Corazón, que como nos decían estos días, “es la que siempre está junto a Jesús”. Desde el nacimiento, hasta la cruz y desde entonces. Y se dan mimos…
Y Jesús, después de enseñarnos con sus palabras y con su vida, como vivir felices y en plenitud y de regalarnos a su Madre, nos envía su Espíritu para que, viviendo entre nosotros, sintamos siempre su presencia y nos anime a vivir a tope. Dar lo mejor de nosotros mismos.
Galería de fotos de las tres celebraciones