El Evangelio de esta semana no dice nada nuevo que no sepamos. Incluso nos dice algo que nos gusta en la teoría pero que se nos hace complicado en la vida real. Por eso, he elegido este título para compartir con vosotros estas líneas.

Sería muy fácil tomar una de las frases del Evangelio y, por supuesto, de la primera lectura del Éxodo (Ex 22, 20-26), que ciertamente os recomiendo leer con detenimiento. O, por supuesto, pensar que cuando Pablo habla de esa comunidad de la que cuentan cosas muy buenas, se estaba refiriendo a la nuestra. A la comunidad Parroquial de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.

El domingo tendremos ocasión de comentarlo todo. Lo que significa que Jesús nos hable de un mandamiento principal: “que nos queramos unos a otros”. Que el autor del libro del Éxodo, nos recuerde que debemos tratar bien a todas las personas, pero de manera especial a los más necesitados. Y cómo debemos tratar de asemejarnos a los cristianos de Tesalónica.

Pero… mientras tanto, andamos debatiéndonos entre datos malos y otros peores; entre pronósticos nada positivos y otros más negativos; nos hablan de que si para Navidad y otros pronostican más largo.

Puede que nos confinen; que reduzcan la movilidad; que limiten las reuniones; o que decreten el ‘Toque de Queda’. Pero a pesar de todo, os lo aseguro, a veces no nos damos cuenta de que nada ni nadie nos coarta nuestra libertad para hacer el bien. Para seguir los pasos de Jesús. Para construir el Reino de Dios. En eso, los únicos que nos ponemos limites somos nosotros mismos.

Os aseguro que no estoy rebosante de optimismo. Pero creo que estaréis de acuerdo en que a pesar de todo lo que está pasando, cada uno de nosotros puede poner en práctica lo que las lecturas de hoy nos indican: Amarnos y cuidarnos los unos a los otros y, de esa manera, hacer una vida un poco más agradable para los demás y también para nosotros.

No sé si el domingo estaremos en ‘alarma’, en ‘toque de queda’ o ‘confitados total o parcialmente’. No, no lo sé. Pero sí sé que sé lo que Dios espera de nosotros y cuál es el camino que nos indica Jesús.

Vamos a caminar juntos. Más o menos preocupados. Pero vamos a avanzar. Es lo que Jesús espera de nosotros y lo podemos hacer con la protección de Nuestra Señora. Y, por supuesto, ¡¡¡mejor en comunidad!!!
  
Un saludo cargado de cariño.

P. Manolo Barahona, msc
Párroco

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